
Se encendió la mecha
Comienza el festival y se desata la madre de todas las incertidumbres: ¿Qué ver y qué sacrificar? Porque estamos atrapados en la red del síndrome de la golosina. No puedes asistir a todos los espectáculos y te queda la duda de si tu elección fue la mejor porque siempre habrá alguien que te cuente la actuación más increíble de la noche en un espacio que no pisaste. Así es la vida.


Ver Aswad, o algo muy parecido a lo que fue Aswad, en los escenarios nos trasladó a esa época gloriosa en donde el reggae en viva solo lo podíamos disfrutar en una cinta de VHS. Somos preinternet, por eso nos encanta el rocksteady como el desarrollado por los Mango Wood. O la música de raíz de los Dukes of Roots junto a Lasai (roots y raggamuffin, combinación ganadora). Y si además viene con la visita inesperada del inabarcable Tarrus Riley, viajero de la Enterprise que se teletransportó del Main al Lion instantáneamente, mucho mejor. Nadia McAnuff fue la voz femenina de la noche, y Puma, un grupo nepalí/birmano, puso la nota exótica al mezclar reggae con sonidos tradicionales de su tierra.




¿Y cómo pasar un duelo público? Pues con la dignidad de los Morgan Heritage que hace un año perdieron a su líder, Peetah Morgan. Reconstruirse en esas condiciones es muy difícil pero ellos lo están intentando.


Seguimos soñando de día y viviendo de noche esta semana, ¿o era al revés?